viernes, 9 de septiembre de 2011

Honduras: “La muerte de Emo me ha penetrado hasta lo más hondo de mi corazón”, dice el padre Fausto Milla


Foto G. Trucchi
Un llamado al pueblo hondureño y a la comunidad internacional a reaccionar ante la sistemática violación a los derechos humanos


Por Giorgio Trucchi - LINyM

El padre Fausto Milla es un incansable defensor de los derechos humanos y comisionado de la Comisión de Verdad (CdV). 

Esa misión lo ha llevado a sufrir en carne propia la violencia, la represión, la cárcel y el secuestro, obligándolo al exilio en dos ocasiones. Hace dos meses tuvo que abandonar nuevamente el país junto con su asistente Denia Mejía.

La noticia del asesinato del reconocido activista de la Resistencia hondureña  Mahadeo Roopchand Sadloo Sadloo, conocido como ‘Emo’, lo dejó sin aliento. Para él, en Honduras se siguen viviendo los efectos de una ruptura del hilo constitucional que aún no ha sido superada. 

Sobre ese último dramático acontecimiento y sobre su situación de desterrado y perseguido político, el padre Fausto Milla habló desde su exilio con ese corresponsal.

-Ante el asesinato de ‘Emo’, el coordinador de la Resistencia, Manuel Zelaya, ha hablado de una declaratoria de guerra contra la Resistencia. ¿Qué opina al respecto?
-¡Por supuesto que es una declaratoria de guerra! Desde el mismo día del golpe hemos visto que los golpistas retan al pueblo y quieren guerra. No han parado un sólo momento de atropellar al pueblo, de violentar sus derechos humanos. Quieren reafirmar que son ellos los que detienen el poder en Honduras y lo demuestran matando, torturando, desapareciendo, gaseando a la gente en las calles.

-También se ha dicho que el asesinato de ‘Emo’ es político y que apunta a detener el proceso de transformación que está impulsando el FNRP (Frente Nacional de Resistencia Popular)...
-Si bien con el Acuerdo de Cartagena se logró el regreso de Manuel Zelaya, los golpistas han ganado mucho terreno. El pueblo sigue por el camino de la refundación de Honduras a través de una Constituyente auténtica, popular y originaria.

Nunca como ahora el pueblo ha tomado conciencia y tiene claro su objetivo. El enemigo sabe que eso no lo va a poder detener, porque ha sido el clamor desde el primer día del golpe, y fue el mismo Zelaya a sembrarlo en los corazones de los hondureños.

Tenemos que seguir por este camino, porque los cambios fundamentales se hacen desde abajo, y de hecho ya lo estamos haciendo.

-¿Cuál va ser la respuesta del pueblo? Manuel Zelaya hizo un llamado para que la gente responda de forma contundente al crimen cometido...
-Cada asesinato es una declaratoria de guerra contra el pueblo y ya han habido muchos muertos, sobre todo entre la gente de los barrios, pueblos y aldeas. Personas en resistencia cuya muerte queda en el anonimato y en la impunidad, y por la cual hay que responsabilizar a los que detienen el poder en el país, y a los medios de comunicación que se plegan a sus intereses.

Este es el momento para demostrar que somos hondureños y hondureñas. El asesinato de Emo me ha penetrado hasta lo más hondo de mi corazón y pensamiento. Era un hombre simbólico dentro de la Resistencia. Siempre a la cabeza, con una valentía ejemplar. 

Si lo han matado por ser un símbolo de la Resistencia están equivocados. Esa violencia va a generar más indignación en un pueblo que se sublevó en su mente y en su corazón, con las armas de la razón y del amor a su Patria.

-Una situación que parece pasar desapercibida por la comunidad internacional y los gobiernos que promovieron el Acuerdo de Cartagena. ¿Qué pasó con el proceso de verificación del respeto de los Acuerdos?
-Nunca se supo exactamente cómo se llegó a ese Acuerdo y cuál va a ser su alcance. ¿Dónde están los organismos internacionales, la OEA (Organización de los Estados Americanos), las Naciones Unidas? ¿Quién va a defender a este pobre pueblo que sufre violencia, impunidad, y un cerco mediático que pretende hacernos olvidar que aquí hubo un sangriento golpe de Estado? Todo eso es inaceptable.

-Han pasado dos meses desde que salió al exilio junto con su asistente...
-Nos fuimos porque ya no habían las condiciones para quedarnos. Siempre hemos recibido amenazas, pero en los últimos meses percibíamos la presencia de sicarios y apresuramos nuestra salida. El hecho de estar acostumbrado a no callar ante las injusticias, ser parte de la Comisión de Verdad y señalar los atropellos que a menudo se cometen en el país por parte de los terratenientes, fueron elementos que contribuyeron a desatar la persecución.

-¿Cómo están viviendo esta situación?
-Solamente quién lo ha vivido puede entender lo difícil que es. Me siento como un padre o una madre que está obligado a vivir lejos de sus hijos e hijas. Ya me tocó vivir esta experiencia en los años 80 y no pensaba volverla a vivir. Lamentablemente sabemos que todavía no hay condiciones para poder regresar, porque el peligro es muy grande.

-¿Hay diferencias entre estas dos experiencias tan difíciles?
-No muchas, porque lo que se está viviendo en Honduras es casi igual a lo que vivimos en los 80. Hay persecución, muerte y criminalización de la protesta social.

-Porfirio Lobo ha dicho que las personas que salieron del país pueden regresar cuando quieran porque se les va a dar protección. También aseguró que se va a esclarecer el asesinato de ‘Emo’...
-Es un disco rayado. A cada asesinato dicen lo mismo y nunca se llega a saber la verdad, porque la esconden detrás del delito común. Es una política represiva bien definida.

-¿De alguna manera se arrepiente de lo que ha hecho durante su vida en defensa de su pueblo, y que le ha acarreado amenazas, persecución, destierro?
-De ninguna manera. Siempre va a haber alguien que se molesta por mi compromiso con el pueblo. Son las fuerzas antipatrióticas que han traicionado al pueblo, las fuerzas de la injusticia, los dueños del país. Voy a seguir haciendo lo que siempre he hecho, y voy a seguir trabajando desde lejos con la Comisión de Verdad.

-¿Qué mensaje quiere enviar al pueblo de Honduras?
-Un gran abrazo para todos mis hondureños y hondureñas, para Emo en su sepultura, para que no echemos pie atrás. Es un momento histórico y no debemos desperdiciarlo. Las fuerzas del enemigo están tramando para debilitarnos, sin embargo, ésto más bien debe fortalecernos, con el trabajo de educación, formación, organización y práctica. Les envio un gran abrazo y mi anhelo de poder estar cuanto antes con mis compatriotas.


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