lunes, 7 de marzo de 2016

Honduras: Protestan contra hipocresía del partido de gobierno

Por Cofadeh

“Es una trágica ironía el hecho que quienes ignoraron o desacreditaron a Bertha Cáceres y a su organización, y los trataron como criminales, ahora condenen su asesinato”. Patrick Leahy, senador.

El Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras, Cofadeh, protesta el homenaje con aplausos a la lideresa indígena lenca, Bertha Cáceres, durante la Convención del Partido Nacional este domingo en Tegucigalpa.



El acto de homenaje simbólico califica para ser considerado irrespetuoso por demás cínico, pues es incoherente con la conducta política del Partido Nacional en los tres poderes del Estado.

En los últimos seis años de administración, sus elites aprobaron en el Ejecutivo y ratificaron en el Congreso más de 150 contratos de minería metálica a cielo abierto, represas eólicas e hidráulicas en territorios ancestrales donde no hubo consultas previas ni respeto a los plebiscitos comunitarios.

Bertha Cáceres luchaba, precisamente, contra ese modelo de desarrollo y el proceder de la clase política que el domingo aplaudió su memoria en la Convención que, irónicamente, ratificó su continuidad en el poder político para profundizar el modelo de muerte que acabó con su vida el 3 de marzo de 2016.

En el contexto de impunidad actual bien puede ser considerado el simbolismo del aplauso a Bertha en el estadio Chochi Sosa un acto celebrativo por su muerte, en tanto ella había sido muchas veces criminalizada por ejecutivos del Partido Nacional, incluyendo al presidente Hernández.

Rechazamos esta pantomima de un partido pro minas y represas, que basa su teoría económica en la fuerza de las armas y el control de la conciencia colectiva, y exigimos que cumpla más las peticiones de la familia Cáceres Flores y el líder del Senado de Estados Unidos, Patrick Leahy.

 “Protección para el territorio al que Cáceres dedicó su vida y que el proyecto hidroeléctrico "Agua Zarca", que pretende desarrollar la empresa DESA -- de capital hondureño, holandés, alemán y finlandés -- en el municipio de San Francisco de Ojuera, Santa Bárbara, sea abandonado”. Y todas las concesiones derogadas.

 Hoy aprovechamos, igualmente, para abogar por el respeto a la integridad física y la vida del sociólogo mexicano Gustavo Castro Soto, sobreviviente en el lugar del asesinato de Bertha Cáceres, asediado por el Estado de Honduras no obstante que él rindió su declaración jurada y participó en la reconstrucción de los hechos.

 Denunciamos que el impedimento de su salida la mañana del domingo por el aeropuerto Toncontín, para regresar a reunirse con su familia, a pesar de ser acompañado por la embajadora de México, es un acto intimidatorio que pone en peligro su seguridad personal.

 Exigimos a la comunidad internacional su máxima atención a la seguridad de Castro Soto y al sistema interamericano de derechos humanos el aseguramiento de medidas cautelares, porque no bastan las cauciones consulares de su país de origen.

 De los hechos y de los hechores, ni olvido ni perdón.


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